Cuando en 2004, el millonario noruego uruguayo Alexander Vik decidió tener su propia bodega, bien hubiera podido comprar un chateau en Burdeos y sin embargo no lo hizo. Buscó para ubicarla, el lugar ideal en distintas regiones, hasta que se decidió por un campo de 4.300 hectáreas en Millahue, en la zona central de Chile. Y para rubricar que apostaba fuerte con esta inversión, después de plantar su viñedo – sólo de uvas tintas bordelesas – hizo construir una magnífica bodega vanguardista y un hotel de lujo, ambientado por artistas destacados. Smiljan Radic, el genio chileno de la arquitectura fue el gran diseñador

El edificio fue proyectado para tener un impacto mínimo sobre el paisaje y se le creó un techo transparente, que permite a la luz natural atravesarlo, sin necesidad de recurrir a la iluminación artificial. Para acceder, es preciso transitar por una terraza de agua que además de recibir a los visitantes, ayuda a enfriar la bodega subterránea.

La madre de Alexander es uruguaya y eso lo motivó también a invertir en nuestro país. Al norte de la Laguna José Ignacio, construyó el moderno Hotel VIK de 5* y el parador La Susana, en La Juanita sobre la playa.

Ignacio Navarro es Export Manager de Viña Vik y estuvo en Montevideo presentando sus vinos. Fue esta semana en Baco Vino & Bistró. El evento fue organizado por La Vigne Carrasco, su representante local.

“No hacemos vinos varietales, los elaboramos con mezclas de uvas propias y siempre apuntando a los de alta gama. No queremos producir mucho, sino que sean de la mejor calidad porque son vinos caros. Tenemos el orgullo de haber sido reconocidos por el mercado con nuestro tinto top, que cuesta unos 120 dólares. Esto para una viña nueva y sin tradición, es un logro impresionante”, comentaba durante la cena.

Una preocupación constante del equipo técnico es la sustentabilidad, que prima al tomar cada decisión, tanto en el viñedo como en los procesos. A nivel de campo la intervención es casi nula y esto permitiría calificarla como una viña orgánica o biodinámica, pero… “A nosotros no nos gusta y no queremos ser etiquetados de esa manera. Preferimos identificarnos como holísticos que es un concepto más abarcador. Somos la primera viña holística de Chile”, añade Ignacio para aclarar el postulado.

Es cierto lo que dice y lo acabamos de comprobar con Catadores, en el reciente viaje a Burdeos. Allá, muchos de los chateau más prestigiosos, trabajan de modo sustentable y no por ello se proclaman orgánicos o biodinámicos.

 

La copa de bienvenida y para acompañar los bocados de la entrada, fue con La Piu Belle Rosé 2022, de gran frescura y bien aromático. Luego y para los siguientes pasos, tres tintos en orden creciente de calidad y complejidad, para culminar esta serie con un estupendo La Piu Belle Tinto 2020.

En cambio, la Mini Mousse de Chocolat, fue acompañada por el champagne Taittinger Brut, como broche de oro de una cena que será muy recordada, por todos los que pudimos disfrutarla.