
Un trío ancestral y novedoso
Los Field Blend son vinos multivarietales que pueden congregar 4 o 5 uvas distintas o más y que al momento de elaborar el vino se fermentan en conjunto. Se trata de una técnica muy antigua, que hoy se retoma con el afán de experimentar y adaptarla al momento actual. Bodega Garzón ha incursionado en este campo y hoy ya son tres etiquetas – Rosé, Claret y Orange – las que están en el mercado
En el pasado, era posible que una misma parcela fuera compartida por distintas variedades, las que se cosechaban juntas, aunque con distintos grados de madurez. Evidentemente los estándares de calidad eran otros. Algunos les llamaban vinos de campo, porque el blend no se había hecho en la bodega, sino al plantar esa melange en el viñedo. Se pensaba que podía funcionar como un seguro contra un verano desfavorable, que no afecta por igual a cada variedad. Era una forma de mantener una calidad constante, mucho antes de que los avances tecnológicos la facilitaran. Los viticultores del Viejo Mundo plantaban algunas para obtener madurez, otras para acidez y otras para color.
“Nuestro Field Blend Rosé surgió a partir de un deseo del ingeniero Bulgheroni de tener un vino de ese perfil. A él siempre le gustaron los de Bandol y es quien nos pidió que plantáramos las tres variedades tintas de esa región – Grenache, Mourvedre y Cinsault – para hacer ese vino”, narra Germán Bruzzone, gerente de viñedos y de la bodega.
Bandol es una región ondulada, muy cerca del Mediterráneo, en la Provence francesa, con sierras de mediana altura y suelos pedregosos, que se parece en alguna medida a nuestro Maldonado. Allá las vides se plantan en terrazas, mirando al sur para beneficiarse con la radiación solar y, además, recibir de cara, la brisa marítima que atempera los calores veraniegos.
El Rosé fue el puntapié inicial para continuar con esta línea de vinos elaborados a partir de un blend que nace en el viñedo y la siguiente creación del equipo técnico fue el Orange. Surgió a partir de una propuesta de Germán, para mejor aprovechar tres variedades que hasta el momento, se utilizaban de forma experimental: Riesling, Vermentino y Verdejo. Con muy poca producción de cada una, decidieron completar el corte con Albariño y Petit Manseng, para crear este segundo vino.
Por último, el tercero y para completar la línea, se elaboró a pedido de Christian Wylie, director gerente de Garzón.
“Son momentos en que están comenzando a ser cada vez más populares los del estilo Claret. Entonces, siguiendo esa tendencia de tintos más ligeros, menos estructurados y más frescos, pusimos manos a la obra. Porque el mundo y los consumidores están buscando vinos diferentes,” cuenta Germán.
También se utilizaron tres variedades como en el Rosé, pero esta vez eligieron Marselan, Merlot y Cabernet Franc. De esta manera se obtuvo un vino que cumple con el perfil definido y que, desde su color, se ubica entre un tinto y un rosado, resultando con menos taninos y más fácil de beber.
Bienvenido entonces este trío singular y novedoso de Bodega Garzón, que se basa en antiguas prácticas enológicas, recuperadas y aggiornadas, para satisfacer la constante curiosidad del consumidor que siempre desea probar nuevos vinos.
EDUARDO LANZA
Ingeniero Químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas. Comparte su saber y anécdotas de una forma atractiva desde hace más de 20 años. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino. Nos lo cuenta en un contexto histórico y cultural, y eso también lo hace diferente.