El sector del vino vivió muy tranquilo, casi estático durante muchos años, pero hoy lo sacude fuerte la competencia que debe sostener con las cervezas y los cambios llegan uno detrás del otro. Aunque las necesidades de los consumidores también juegan y dos jóvenes emprendedoras uruguayas decidieron contemplarlas

Ya sucedió con la sustitución de los tapones de corcho por las tapas de rosca, algo que al principio no aceptábamos por entender que había una rebaja de nivel o de categoría. Ahora ya las aceptamos y hasta agradecemos no tener que utilizar el incómodo sacacorchos.

La practicidad manda

Un nuevo desarrollo y en el mismo sentido de la practicidad, es ofrecer el vino envasado en lata, a la manera de cervezas y refrescos. Es algo que ya sucede en muchos países y Uruguay se ha subido a esa movida, gracias a la iniciativa de Alejandra Trabazo y Valentina Uranga. Ellas además de ser enólogas también son sommelieres y conocen bien tanto su oficio como el sentir de los consumidores. Encararon esta aventura con imaginación y cierto grado de audacia, apoyadas por Analía Lazaneo de Artesana Winery, que les brindó el lugar para arrancar. No es de extrañar esta actitud de contención hacia el nuevo emprendimiento, viniendo de esta bodega de Las Brujas que se caracteriza por su apertura.

Un Start up muy original

“Las conocía de antes y vinieron a consultarme, sólo para ver que me parecía la idea” dice Analía y agrega: “Yo soy de darle para adelante, a todo lo que a mi juicio tenga sentido y sea con vinos finos. Esta opción me pareció muy original. Después vino el planteo de tener un lugar y por supuesto que se lo dimos. A Valentina la conocí cuando trabajaba en el Rincón del Tannat, en el Freeshop del Aeropuerto donde vendemos nuestros vinos. A Alejandra la contraté varias veces para degustaciones en Montevideo y en el interior. Así que la idea es apoyarlas todo lo que podamos, en esta Start Up tan original”.

La categoría está en auge

Las revistas especializadas de vinos en EE.UU. destacan que la categoría está en auge en todos los aspectos, desde la calidad y las ventas, pasando por la selección y la disponibilidad. “Antes del COVID-19, el vino en lata ya era un éxito y se vendía en los estadios deportivos, salas de conciertos y prácticamente en cualquier lugar, en el que no se permiten envases de vidrio. Pero ahora en los restaurantes y bares también se están poniendo de moda», destaca Wine Spectator en su sitio web. Y además agrega: «Es el segmento de mercado de mayor crecimiento en los EE.UU. Seduce a los consumidores por su accesibilidad y al ser vinos elaborados en el estilo fácil de beber. Al vino en lata le espera un éxito aún mayor», auguran desde el medio.

La fruta es la que manda

Valentina y Alejandra comenzaron usando latas de 500 cc, pero hoy cambiaron al tamaño menor de 330 cc. Son importadas y revestidas por dentro con una película protectora neutra, para que no aparezca el “sabor metálico”. Tienen ventajas sobre las botellas de vidrio, porque se enfrían más rápido, el cierre es totalmente hermético y son más fáciles de transportar. Se puede optar por las tres opciones clásicas: un blanco Viognier, el Tannat rosado o el tinto Cabernet Franc que ha tenido un paso por roble. “El estilo y perfil de los tres se apoya más que nada en la fruta y creo que lo conseguimos. Es consistente con la presentación que se orienta en principio hacia la gente joven, aunque ya comienzan a comprarlos los de más edad” dice Valentina. Coincido con su definición después de probarlos. La fruta es bien evidente y seduce, tanto en nariz como en boca, los tres son amables y fáciles de beber, con lo cual cumplen con su cometido. Se pueden comprar con entrega a domicilio por: latitawines@gmail.com – www.instagram.com/latita_wines/ o pedirlos al celular 093 895 130