Brise Maritime Rosé Estandon 2020

La fama de los “rosés” provenzales no para de crecer y no es de ahora, ya sucede desde hace años. Viene ganando seguidores a medida que su categoría sube y suma puntos, aunque no llegue a desplazar a blancos y tintos de los primeros puestos del ranking “vínico”.

Tan es así, que importantes bodegueros de Borgoña y Burdeos, han llegado a instalarse allá en el sur, para tener los suyos. Pero también del exterior vinieron y hubo un caso resonante, cuando Brad Pitt y Angelina Jolie encontraron en Chateau Miraval, el lugar ideal para su proyecto de vino rosado.

La Provenza es una región privilegiada por sus condiciones climatológicas y eso la incluye como una de las áreas vitivinícolas más destacadas de Francia.

Yendo a sus vinos, bien se sabe que los rosados se elaboran con uvas tintas y la clave está, en que el contacto de sus cáscaras con el mosto no se alargue demasiado, para no oscurecerlo. Es un período breve de algunas horas y es dependiendo del color que el enólogo quiera obtener, el tiempo en que estén juntos. El término rosado o rosé, es algo que se ha instalado y se usa habitualmente. Aunque los hay tan pálidos que uno duda si está bien llamarlos así. Por eso los americanos acuñaron la expresión Blush para los de menos color, pero en esta zona del planeta no se usa y menos que menos, lo hacen los franceses.

En el sur de Francia las variedades más usadas son la Garnacha, la Syrah y la Mourvèdre, pero en el resto del mundo se usan las del lugar. Aquí en nuestro país tenemos rosados de Tannat, Merlot, Cabernet Franc o Pinot Noir. Sólo por mencionar algunas, de una lista que puede alargarse mucho más.

El Brise Maritime lo produce la Cooperative Agricole La Roquiere de Brignoles, a sólo 50 km del Mediterráneo. Unos 250 viticultores asociados la abastecen y Catherine Huguenin, es quien dirige las vinificaciones y  ejerce su función al igual que el perfumista, para lograr componer la amplia gama de los vinos Estandon.

Del Brise Maritime 2020, puedo decir que luce de un color Té claro. Y así deja en evidencia lo variable que los rosados pueden ser en su presentación. De aroma cautivador, la fruta por supuesto aparece pero matizada por algo menos dulzón como las hierbas provenzales. Y al tiempo que anoto esto último, pienso que tal vez debe ser por la sugestión de la etiqueta. Fresco y de una acidez golosa, se puede disfrutar solo o con un salmón a la plancha, en aceite de oliva y con sal, pimienta negra y limón.

Se puede comprar a $ 790 en vinotecas o directamente en la tienda de Grand Cru, su importador:  www.grandcru.com.uy