El Conde Misterioso
Como el Robin Hood del vino, le gusta presentarse a Charlie Arturaola y su explicación es sencilla: "Hoy soy sommelier porque tuve la suerte de trabajar en grandes hoteles y cruceros 5 estrellas, frecuentando gente de gustos muy refinados. Los atendía como maître, consumían los vinos más espectaculares del mundo y con ellos me fui apasionando de un universo nuevo para mí. De esos viajeros pudientes que frecuenté, obtuve mis primeros conocimientos. Hoy los puedo poner a disposición de personas que no tienen ni de cerca, un nivel económico parecido y lo hago a través de mis cursos y del libro – Manual de cata – que escribimos con mi amigo el español Joaquín Parra López. Es en este sentido que me identifico con Robin Hood”
Obvio que le produce mucho orgullo y satisfacción, después de tantos años de una carrera muy exitosa, compararse con el legendario héroe medieval del folclore inglés.
Si se trata de aventuras
Aventurero es un término que en general se usa para descalificar, pero no rige cuando se le aplica a Charlie Arturaola. Porque toda su vida está repleta de incontables aventuras.
Desde que se fue de Uruguay muy joven aún, en la década de los 80, para desembarcar en el Caribe a trabajar de mozo. O cuando se separó de su primera mujer para embarcarse en un crucero como maître y recorrer el mundo sin parar durante 6 años.
Hasta hoy no cesa de viajar para visitar las mejores regiones del vino del mundo. Locuaz, curioso y emprendedor, habla cinco idiomas, lo cual le facilita en gran forma su rol de comunicador. Se le reconoce y ha recibido múltiples distinciones, entre otras la de Mejor Comunicador de Vinos del Mundo en la International Wine & Spirits Competition del Reino Unido.
Vive en Miami y está casado con Pandora Anwyl, que ocupa un alto cargo en una agencia de vinos en Estados Unidos. Ella siempre lo acompaña en sus viajes y hasta ha actuado en sus películas. Hoy ambos están disfrutando de los últimos días del verano, en Veules les Roses, en Normandía.
Sus andanzas
Por suerte Instagram ayuda y contactado ayer de tarde, Charlie decía de estas vacaciones francesas: “Este era un lugar pendiente para nosotros, porque a Pandora le encanta el Calvados – un destilado original de Normandía – y a mí, porque esta región me hace recordar a la Rural del Prado, ya que estamos en la cuna del ganado Normando. Yo siempre iba a la Semana Criolla a ver las jineteadas o en setiembre a la Expo Prado, de donde le llevaba a mi abuela la leche cruda, que me daban los peones, después de ordeñar esas enormes vacas blancas con manchas marrones. Ella me hacía un dulce de leche especial, el mejor que he probado en mi vida”.
Como es hiperactivo, nada lo arredra y en 2010 tuvo su primera incursión en el cine, como libretista y protagonista de una película que de forma ingeniosa combina la realidad con la ficción.
“El Camino del vino”
Filmado en 2010 y rodado en Mendoza, este film se presentó en el Festival de Mar del Plata, con la actuación del propio Charlie, que figura como un reconocido sommelier que pierde su olfato y el gusto, para encontrarse muy perdido y sin saber cómo encausar su carrera.
Lo acompaña su esposa, quien desempeña el mismo rol en la película y que, consternada por la pérdida de facultades de su marido, le da consejos de poca utilidad. Entre otros, la antipática consulta médica que lo decepciona y le aumenta su angustia. Busca apoyo en referentes del sector, se va a Mendoza y empieza a visitar a sus amigos de siempre. El bodeguero José Zuccardi le recomienda:»Volver a la esencia, recorrer viñedos y probar la madurez de las uvas, para sentir viva la frescura de la fruta original”.
El experto francés Michel Rolland le dice: “el buen vino es el que te da placer a ti y nunca lo puedes saber antes de descorchar la botella, tienes que probarlo y decidir”. Con un final feliz, este film es muy disfrutable por sus escenarios de viñedos mendocinos y por el guión que al drama del personaje, le suma algunos momentos muy divertidos, casi delirantes. Presentado con éxito en diversos festivales internacionales, dio lugar a una secuela.
«El duelo del vino”
Arturaola vuelve en esta segunda película, a protagonizar una historia en la que intenta ganar lo que ha perdido en la primera. Para ello se presenta, bajo seudónimo, a la competencia de vinos más importante del mundo. Esta trama de ficción de producción ítalo-argentina, supone una excusa para llevar a los fanáticos del vino por los viñedos vascos a orillas del mar Cantábrico y por la Rioja Alavesa, e incluso a las colinas de la Toscana en Italia.
“Lo que hace esta película es mostrar un mundo del vino más democrático o más simpático y poder llegar a un público, que tal vez cree que para ser conocedor de vinos hay que leer decenas de libros y gastar mucho dinero», expresó Arturaola. En la trama, el personaje quedó pegado a su imagen y Charlie perdió su carrera y su mujer. Ahora debe recuperar lo perdido llevando a cabo un plan heroico en el que intentará ganar la competencia de vinos más importante del mundo, bajo una máscara y el pseudónimo de “El Conde Misterioso”.
En la final del concurso para elegir al mejor sommelier del mundo, Charlie lo gana con gran solvencia al describir e identificar sin duda alguna, la botella recubierta que ocultaba al icónico Preludio de Familia Deicas. Su contrincante italiano no pudo reconocerlo. Única vez que un vino uruguayo tuvo tanto protagonismo en el cine internacional.
Divertida y con suficiente suspenso, es otra demostración de la capacidad creadora de este exitoso sommelier uruguayo, tan reconocido en el mundo internacional del vino.
EDUARDO LANZA
Ingeniero Químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas. Comparte su saber y anécdotas de una forma atractiva desde hace más de 20 años. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino. Nos lo cuenta en un contexto histórico y cultural, y eso también lo hace diferente.
2 comments
Me alegro mucho Jorge que te haya gustado mi nota. Saludos..!
Muy bueno!! Exelente!!!!