Nace en San Gregorio de Polanco

Bodega: Domaine de L’Arvol
Origen: Paso Hondo, Tacuarembó
Precio: $ 590

Este emprendimiento de capitales franceses ubicado en Tacuarembó, es una buena muestra de cómo el mapa vitícola del Uruguay está cambiando. Continúa alejándose del centro sur del país para ensanchar sus horizontes. Comenzó en 2011 cuando se implantaron las primeras cepas, en el paraje  Paso Hondo, al norte de San Gregorio de Polanco. Un lugar donde los suelos contienen residuos arenosos, producto de la erosión de los cerros chatos de esa zona. Son poco fértiles y tienen un excelente drenaje, dándole al viñedo condiciones ideales para rendir muy buena calidad de racimos. Cada parcela del viñedo fue ubicada y supervisada por el Enólogo Fernando Pettenuzzo, que también es quien elabora los vinos. Chardonnay es la única blanca y tiene como compañeras a cuatro tintas: Tannat, Cabernet Sauvignon, Malbec y Pinot Noir. Curioso entonces que no se cultive la Sauvignon Blanc, que es la otra blanca que en Uruguay tanto se utiliza para los vinos blancos finos. Casi todas las bodegas nacionales tienen el suyo y la pregunta a Fernando caía de su peso y pedía una explicación:”Es que en Paso Hondo el clima es demasiado cálido en verano. Como su nombre lo indica, es un pequeño valle entre dos cerros chatos y este contexto es el que marca la cancha, en términos de las temperaturas veraniegas. Dadas estas condiciones, no me daba confianza intentar con la Sauvignon Blanc, porque tengo que manejar el viñedo a distancia y desde Montevideo. Es una variedad cuya ventana de cosecha es corta, hay que seguirla muy de cerca. Me sería difícil acertar el mejor momento para vendimiarla”. Apasionado como es de los espumosos, con uvas de esta parcela elabora también el Lágrimas de Oro y cuenta como lo hace:“Usamos este cuadro de Chardonnay tanto para este vino, como para nuestro espumoso. Obvio que las fechas de cosecha son diferentes, antes lo hacemos para el Lágrimas y cuando la maduración alcanza su pico, vamos por los racimos para elaborar este blanco”.

Esta es la primera añada en el mercado del Chardonnay Areniscas 2020. Antes fueron micro vinificaciones para poner a punto el vino. No lleva madera y por eso es muy auténtico en su expresión. Vivo y frutado en la nariz, muy sabroso en boca, no apunta a la contundencia, más bien se inclina por el equilibrio y la elegancia. Por supuesto está bien vigente y es ideal para servirlo junto a un carpaccio de salmón o incluso con unos penne rigate ai frutti di mare.