Amor en tiempos de Merlot
El Concours Mondial du Merlot se realiza en Sierre, que queda en el cantón suizo de Valais, muy cerca del lago Leman. A este certamen manda Bouza sus muestras cada año, siendo casi la única bodega sudamericana que participa. Varias veces ha ganado medallas de oro y este año repitió ese galardón con el Merlot B9 2018 de Las Violetas. El Merlot Pan de Azúcar del mismo año, obtuvo en cambio una de plata
Alemán, francés e italiano
El Valais es francófono y se distingue por su producción de vinos tintos, figurando como la región vitícola más grande del país alpino. La zona de habla alemana, más cercana a Zurich, se dedica en cambio a la producción de blancos. Pero es en el Ticino de lengua italiana, donde se produce casi todo el Merlot suizo y se dice que cuando el verano es favorable, sus varietales pueden competir de igual a igual con los de Burdeos. Tal vez lo más interesante en dicho cantón – el más pequeño de los suizos y recostado a Italia – es que cierto porcentaje de la producción de Merlot se vinifica en blanco, por el método “blanc de noir”. En el mercado, el prestigio de este original vino crece año a año, para gran placer de los bodegueros que con mucho entusiasmo aumentan su producción para satisfacer la demanda. Con el Bianco di Merlot también se elaboran espumosos y los resultados resultan muy prometedores.
La cuna del Merlot
De Aquitania al sudoeste de Francia surgen los Merlot más afamados, en especial del pequeño enclave del Pomerol, donde al icónico Chateau Petrus, se le reconoce como dueño y señor. En el resto de esa enorme región, se le trabaja junto a las dos Cabernet, aunque el dato curioso y que muestra la confianza que allá le tienen, sus hectáreas plantadas suman mayor superficie que las otras dos uvas tintas sumadas. Esta reseña muestra que se trata de una variedad de grandes cualidades, aunque en nuestro mercado, su prestigio vaya casi siempre detrás de la Cabernet Sauvignon. En Uruguay los productores reconocen sus bondades y hay muchas hectáreas plantadas, siendo la segunda de las tintas detrás de la Tannat.
En Melilla y en Pan de Azúcar
El Dr. Eduardo Boido, director técnico de Bodega Bouza le tiene gran aprecio y la utiliza con confianza para elaborar tintos de crianza y larga guarda. Los resultados están a la vista. Con el Pan de Azúcar 2013 obtuvo la Gran Medalla de Oro en la edición 2016, para consagrarse como Mejor Vino del Concurso y Mejor Merlot Extranjero de ese año. Nada mejor que saber qué opina Boido al respecto:” Es una variedad internacional que en muchas regiones se adapta muy bien. Sin duda descuella en Burdeos en la pequeñas zonas del Pomerol y St. Emilion”. Y luego agregar :”Aquí en el Cono Sur los chilenos le supieron sacar un buen provecho, hasta que apareció la Carménère y descubrieron que también podía tener una cepa emblema, al igual que Argentina con la Malbec y Uruguay con la Tannat”. Sin duda no le falta experiencia en elaborar sus varietales y por eso añade:”A nosotros siempre nos dio muy buenos resultados y después de la Tannat, es la que tenemos más plantada, por encima de la Tempranillo y la Pinot Noir. Pero a diferencia de la Tannat, es una variedad más sensible al clima y le cuesta desarrollar color, en los veranos nublados y lluviosos. Eso hace que históricamente no haya sido considerada para elaborar tintos de guarda. Se la ha usado y anda muy bien, para rosados o para un bivarietal Tannat Merlot, aunque ese no es nuestro caso”.
Reconforta mucho que una uva tan noble sea bien trabajada, para dar tintos de categoría y que, como en este caso, además de Bodega Bouza, el Uruguay siga siendo reconocido en el plano internacional.
EDUARDO LANZA
Ingeniero Químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas. Comparte su saber y anécdotas de una forma atractiva desde hace más de 20 años. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino. Nos lo cuenta en un contexto histórico y cultural, y eso también lo hace diferente.