Había escuchado hablar de estas “nuevas” variedades de vides y no me despertaron gran interés, pero de a poco y cada vez más, aparecen notas e informes sobre ellas, en los medios especializados de vinos. El detonante para ahora contar sobre ellas fue una nota leída días pasados en www.weinplus.com, sumado al preocupante cambio climático que vivimos desde hace décadas los seres humanos

Lo sabemos bien. La preocupación en el mundo por el cambio climático crece sin parar. Las inundaciones y sequías aparecen y se alternan en los cinco continentes. La Niña y el Niño se despertaron y forman un dúo muy agresivo, que se desencadena con consecuencias planetarias muy inquietantes.

Por supuesto que el sector del vino no es ajeno a todas estas alteraciones. La luz amarilla de alerta está prendida y sobre todo en Europa, donde se comenzó a buscar cómo contrarrestar estos fenómenos. También los movimientos “verdes” cuestionan y critican el uso de herbicidas y productos fitosanitarios sintéticos y por eso, los organismos reguladores estudian las reglas para limitarlos. La eliminación de ellos ya está en el horizonte.

La solución que se busca es conseguir vides más resistentes a las enfermedades y a las variaciones del clima extremo y esto se realiza a través de la cruza de variedades. Científicos franceses han diseñado 4 nuevas – enseguida bautizadas como Piwis o ‘supergrapes’ – y que ya fueron aceptadas en el catálogo oficial de variedades de uvas en su país. ¿Cuáles son sus super poderes? El principal: ser resistentes a los hongos y, por lo tanto, no requerir prácticamente del uso de pesticidas.

Son uvas creadas por el cruce de variedades europeas con americanas o asiáticas. Se las ha dado en llamar Piwi, como forma de generalizar. Se trata de una abreviatura derivada de una expresión alemana, que significa resistencia a los hongos. O sea, a sus enfermedades: el oídio, el mildiú y la botritis o podredumbre negra.

En Uruguay también se investiga

Y para saber que está pasando aquí, nada mejor que consultar al Ing. Agr. Eduardo Felix, asesor técnico de INAVI para que me cuente y nos actualice: “Sabido es que la calidad de la uva europea es muy superior a la de la americana y por eso domina el mundo de los vinos finos. Pero en cambio, no tiene tanta resistencia a las enfermedades del viñedo, la que es muy superior en las variedades americanas. Esto condujo a realizar cruzas, para sumar las virtudes que cada una tiene”.

Recientemente se ha avanzado mucho y la movida en Europa es grande. Ya hay variedades que ya se permiten plantar en algunas DO, tanto en Francia como en Italia. Ej.: en la DO Champagne ya se permite usar un 5% de la variedad Floreal”, agrega.

“Hace dos años aquí en Uruguay, INIA Las Brujas ya ha comenzado a experimentar con ellas, con fondos que le aportan INAVI y ANI. Porque son variedades patentadas en origen y que por tanto deben pagar royalties”, relata de lo que aquí está pasando.

Lo escucho y al toque me surge la pregunta por la calidad de los vinos obtenidos con ellas: “Hasta donde yo conozco y hablando de los resultados, la calidad de sus vinos, están resultando mejor las blancas que las tintas”.

Es bueno que nuestros investigadores ya estén encarando este tema. Sin duda Uruguay va a tener que considerar a estas variedades, porque de acuerdo con como vienen las disposiciones internacionales, de aquí a una década o dos, no se van a poder exportar vinos, cuyas uvas o viñedos, hayan sido tratados con los fitosanitarios que hoy usamos. ¿Sobrevivirán las europeas a estos cambios? Esperemos que sí porque hasta ahora la calidad de los vinos ha ido por cuenta de ellas.