Un blanco disfrazado de tinto

Pionera en elaborar los Malbec de alta gama, Altos Las Hormigas – de los italianos Antonini y Morescalchi – se ubica desde 1995 en Luján de Cuyo. A finales de los 90 ya se generaba gran expectativa, al exportar su excelente Malbec, un varietal muy seductor por sus jugosos taninos. Eran épocas en que apenas existían los vinos argentinos en las góndolas del mundo

Blanco Las Hormigas 2020

Bodega: Altos Las Hormigas
País: Argentina
Región: Luján de Cuyo
Estilo: Blanco
Cepa: Chenin y Semillón
Precio: $ 690

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Tintos sí y un blanco también

Luego en 2003, comenzaron a explorar con singular éxito también, el potencial de la Bonarda, para transformar a la cenicienta de las variedades argentinas en una gran dama. Lo lograron y llevaron a sus tintos a posicionarse como unos vinos “de nicho o de culto”.

Ahora esta icónica bodega se despega un poco de los tintos, da un paso hacia los vinos blancos y  encara su elaboración con una técnica muy antigua. Consiste en fermentar las uvas en presencia de las cáscaras, algo que se había dejado de hacer hace ya mucho tiempo. Con este método se obtiene un color más oscuro que el tradicional blanco pajizo y con una gama aromática que se acerca más a la fruta bien madura.

Chenin y Semillón, original dupla

El enólogo Federico Gambetta eligió para hacerlo dos variedades blancas no tan conocidas, pero de indiscutible calidad como son la Chenin y la  Semillón.

Obtuvo entonces un vino con una gama aromática que incluye algunas notas herbáceas, pero sobre todo de fruta madura. Con un cuerpo que realmente se destaca en boca y por eso hay expertos que dicen que estos son vinos blancos que se disfrazan de “tintos». Este sabroso vino es ideal para disfrutar como un aperitivo con personalidad o maridarlo con carnes blancas, salsas ligeras o pescados de río.

Un nombre curioso

Sin duda llamará la atención el nombre de esta bodega y vale la pena contar que cuando se plantaron los viñedos en 1996, los trabajadores enfrentaron un fuerte altercado con las colonias de hormigas locales. Un ejército de estos insectos se alimentaba con los tiernos brotes de las vides recién plantadas. A los trabajadores les causaba admiración su tenacidad la que finalmente y sin insecticidas, pudieron ser derrotados. En homenaje al bando perdedor y anterior dueño del lugar, la bodega se llamó Altos Las Hormigas.