De papel reciclado son las nuevas botellas para el vino
La empresa británica Frugalpac ya tiene el primer cliente para sus botellas de vino, fabricadas en base a papel reciclado. La bodega italiana Cantina Goccia dio este paso que parece tan audaz, cuando en realidad se trata de una nueva versión pero estilizada de la caja. La que todos conocemos y que hace tanto tiempo está en el mercado. Con un exterior de papel reciclado en un 94 % y un film de calidad alimentaria para contener el vino, la botella de papel llegó y está lista para revolucionar nuestras costumbres
El objetivo de esta firma británica es que los envases que diseña, se puedan reciclar una y otra vez, de forma de aliviar la presión de los vertederos.
Sin duda que la industria del vino es una más que está preocupada por el cambio climático y por la huella de carbono que su actividad deja en el ambiente. Los procesos dentro de planta generan importantes consumo de energía y sus aguas residuales deben ser tratadas. Aunque también hay que tomar en cuenta, los insumos que se fabrican fuera. Las botellas generan un gran consumo de energía, ya que en los hornos que funden el vidrio se operan a una temperatura que oscila entre los 800 y los 1.000 grados Celsius.
Esta nueva botella pesa cinco veces menos que la de vidrio y su costo no es mayor. El modelo de negocio de Frugalpac es suministrar y vender las máquinas, para que las bodegas o las empresas de envasado fabriquen las propias y así reducir más las emisiones de carbono. Los materiales se pueden comprar localmente a través de los recolectores de cartón, para brindar la máxima libertad de diseño y la mejor oferta comercial.
Falta aclarar que la botella es totalmente reciclable y para eso incluye en su etiqueta un pequeño dibujo, sobre cómo separar correctamente sus componentes para su posterior reciclado. Este nuevo envase ecológico se puede enfriar, para mantener el vino refrescado
Ya lo dijo y lo cantaba Mercedes Sosa: “Cambia, todo cambia…”
EDUARDO LANZA
Ingeniero Químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas. Comparte su saber y anécdotas de una forma atractiva desde hace más de 20 años. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino. Nos lo cuenta en un contexto histórico y cultural, y eso también lo hace diferente.